ARTIFICIAL SI, INTELIGENCIA NO
Se dice que las máquinas competirán con los humanos, y en
pocos años les superarán. Drones, robots, realidad virtual, redes y más redes, todo
guiado o gobernado por la llamada Inteligencia Artificial, ídolo de la sociedad
laica. “Pasamos por alto que estamos ya inmersos en la mayor revolución tecnológica de la historia, una gran disrupción
que cambiará la faz de la humanidad” (ABC, 25/03/18).
Hay mucho sensacionalismo en estas palabras, pues por
ejemplo la traducción automática correcta del español al inglés está aún muy
lejos de conseguirse, si es que alguna vez llega, pese a tantos años de
intentarlo.
Si un vehículo sin conductor irremediablemente se encuentra
en la alternativa de atropellar al peatón de su derecha o al de su izquierda,
¿a cuál “elegirá”? En realidad, o procederá al azar, o lo hará conforme al
programa que un humano le haya grabado previamente. (Por ejemplo, matar al más
viejo, o al de menos estatura, quién sabe).
Artificial sí, pero inteligencia no. Las máquinas nunca
serán libres, ni podrán tomar decisiones autónomas. Sólo actuar en base a
información (ingentes cantidades de ella, si se quiere), y en base a unos
criterios de elección que les habrán sido programados externamente… por seres humanos,
o por otras máquinas programadas por humanos, lo mismo da. En ocasiones podrán actuar
con mayor exactitud, rapidez o limpieza que las personas, como ciertos aviones
vuelan más altos y veloces que los pájaros. Pero a nadie se le ocurriría decir
que un submarino es un pez artificial.
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