En el gaseoso relativismo dominante, el adjetivo 'fundamentalista' se ha convertido casi en arma arrojadiza. No tiene mucho sentido, porque una convicción sin fundamentos es pura frivolidad.
Quizás sea porque el relativismo moral carece de fundamento alguno, y recusa a todo sistema de pensamiento que pretenda tenerlo.
No vale todo. No todo lo que se puede hacer se debe hacer. Desde el tráfico de personas y armas hasta la clonación de humanos. Cualquier actividad personal que se pretenda mínimamente racional necesita estar fundamentada en un sistema de valores.
Sin embargo entre quienes propugnan la conducta puramente relativa, que en el fondo rechazan toda ética, en realidad abundan auténticos talibanes del pensamiento y de la acción.
